viernes, 28 de agosto de 2009

La soledad

Cuando todo se torna oscuro, solo me queda aferrarme a la mano de Dios, quien es el único capaz de guiar mis pasos a través de la oscuridad y del dolor. El es quien me aclara el panorama cuando todo se vuelve confuso y prometió estar conmigo en todo momento, pero que pasa cuando falla nuestra fe?
Hay momentos en la vida en los cuales, si bien sabemos que Dios está, nuestra humanidad nos hace sentirnos solos. Creo que en lo mas profundo de mi ser, tiendo a sentirme sola, a veces he llegado a pensar que disfruto de la soledad y que no soy buena en las relaciones interpersonales. Creo que a veces necesito disfrutar de mi propia compañía, quizá también te ocurra a ti, pero debemos tener cuidado de no auto aislarnos, porque la soledad, a veces trae dolor, tristeza, pensamientos negativos, etc. Podemos vivir acompañados, pero seguir sintiéndonos solos en algún punto. Ese es el punto en donde necesita entrar Jesús. Nunca mas debemos sentirnos solos porque El prometió estar por nosotros y El no es deudor de nadie. No permitas que nada te aleje de su presencia. Ninguna cosa creada nos puede separar del amor de Dios!!! Creelo!!!

Oración del día: Señor, ayudanos a buscar de tu presencia, y a saber que tu estas en cada paso que damos. Rodeanos con tu amor y tu misericordia y llenanos de ti. Calma nuestra soledad, abre fuentes en el desierto de nuestras vidas y caminos en donde no los hay. Acompañanos y llena cada minuto de nuestras vidas con tu amor.
Gracias Señor, porque tu estas siempre. Ayudanos a no alejarnos de ti, a estar cada día mas cerca de ti. En tu nombre. Amen.

domingo, 16 de agosto de 2009

Si no me abrazaras con tu amor

A veces, la vida da giros inesperados, nos pone en un instante que nunca soñamos, no porque no lo quisiéramos, sino porque nunca lo imaginamos. En ese instante pareciera que la tierra gira demasiado rápido, recordamos situaciones, vivimos, dejamos sueños a un costado, hacemos, pensamos, volvemos a soñar y mientras tanto, seguimos viviendo. La vida gira ahora en torno a ese instante. Existe un antes, y un después para todo. A veces, todo parece patas arriba, existen momentos de un orden inigualable y algunos de caos total. Momentos de guerra y de paz. Momentos en los cuales podría morirme de felicidad e instantes contiguos en los que quiero vivir para poder dar más.

Cuando la vida cambia, es necesario un proceso, un tiempo del cual en algunos casos no se dispone. Una se encuentra que “a veces” es una palabra tan común, y que esta hoja estará florecida de esa pequeña palabra compuesta. A veces. Claro que ella no esta sola en este tiroteo de letras. La acompañan sus cercanos acompañantes, sinónimos, antónimos y simplemente compañeros de una misma estética o alguna letra en común: “Tal vez”, “Quizás”, “a lo mejor”, “Frecuentemente”, “a menudo”, “No se, “depende”.

A menudo me encuentro escribiendo en este espacio. No se mañana. Esta tarde me dio por pensar en todas las cosas que cambiaron en mi vida. En poco menos de cuatrocientos días la vida me cambió por completo. No me quejo. Tampoco me alegro. No se las razones ni me pregunto “¿Por qué a mí?”. Hago todo lo posible para ser una mujer vencedora cada día, y tengo la certeza que a pesar de mis múltiples errores Cristo va conmigo en cada paso, porque vive en mi corazón. No importa lo que pasó ayer. No me afano por el mañana. Vivo hoy, porque si el cuida de las aves, cuidara mucho mas de mi. La vida en esta tierra es un suspiro, pero hay vida mas allá de esta vida, y esa, es vida eterna. Procuraré llegar a la presencia de mi Dios con vestidos limpios, intentando agradarle cada día, intentando pensar que haría El en mi lugar en cada situación. No me preocupan las crisis. El no me va a dar una crisis más grande de la que pueda soportar. Al fin y al cabo, el esta conmigo en cada una de esas batallas, tomándome de la mano, y siento su amor en cada instante. Tal vez me canse a menudo. A lo mejor mi cuerpo no esta en óptimas condiciones. Pero sigo adelante. No por mi gracia ni mi propia fuerza, sino la que Jesús me regala en su infinita misericordia. Por El estoy viva, pero quiero algo mas para mi vida. Yo vivo por El, pero quiero vivir para El.

Señor, toma el dominio de mi vida en este día. Mi corazón te pertenece. Ayúdame a permanecer de pie cuando mi cuerpo no quiere estarlo, extiende tu mano de protección para mi hijo, cuando la mía no llegue. Toma el control de todas las cosas. Te necesito Señor, y aquí dejo de lado todas las palabras dudosas, porque te necesito Siempre. Cada día de mi vida con sus horas y minutos. Te conocí un día, me alejé de ti, pero siempre has estado en mi corazón. No hay forma de escaparme de ti. No quiero escaparme más. Atráeme con tu dulce amor y toca mi corazón. Te amo Señor.